sábado, 21 de agosto de 2010

Sobre el discurso promiscuo de la homosexualidad: contestación a los opinantes


En México se aplicó hace poco (diciembre de 2009) la ley de adopción a las parejas homosexuales. Las opiniones comenzaron a brillar en los medios de comunicación. El cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, afirmó que las uniones gay en México es “un error gravísimo” que “atentan contra la naturaleza humana”. Es posible un análisis del discurso que se ha dado en torno al tema, específicamente de aquellos prejuicios que se tienen en torno a la homosexualidad. Podemos empezar diciendo que no sabemos nada y nos ayudaremos del diccionario para tratar de comprender mejor lo que se está ( y nos están) tratando de decir.

Empecemos por una opinión dada en el Diario de Xalapa, en la página cuatro el sábado 21 de agosto de 2010. El opinante dice que: “la promiscuidad es una característica homosexual”. La homosexualidad se define (RAE) como la inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo y la práctica de dicha relación. La heterosexualidad es la relación erótica entre individuos de diferente sexo. Continuamos con la palabra promiscuidad, la cual se refiere a una mezcla o confusión, la segunda acepción es la convivencia con personas de distinto sexo. Si buscamos diferente encontramos que significa diverso o distinto. Entonces heterosexual es promiscuo (?), la homosexualidad no lo es, al menos que se refieran a la mezcla o confusión, confusión de qué. Es de suponer que se refieren a que el homosexual es promiscuo, es decir, la persona que mantiene relaciones sexuales con otras varias… entonces los heterosexuales no son promiscuos, no tienen relaciones sexuales con otras personas a lo largo de su vida, supongo que los más apegados a la norma sí, en dado caso los fabricantes de preservativos hubieran quebrado porque la mayoría sólo tendría relaciones con la misma persona en toda su vida, solamente los utilizarían aquellos que se quisieran proteger de alguna ETS. Por lo visto se ha hecho una aproximación de promiscuo con la homosexualidad, pero también en un sentido de aberrante, porque lo aberrante es lo dicho de una cosa que se desvía o aparta de lo normal o usual. Sigamos con el análisis. Lo normal es aquello que se halla en su estado natural, que sirve de norma o regla, y norma es la regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etcétera. El homosexual no sigue la norma, la regla de la tradición jadeó-cristiana puesto que en el libro sagrado se dice "No te echarás con varón como con mujer; es abominación" (Levítico 18:22), y "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Corintios 6:9-10). Estas son algunas de las tesis de la tradición cristiana para tachar al homosexual. Supongo que los heterosexuales solamente tienen relaciones sexuales, o copulan cuando están casados, porque esa es la norma. ¿Es cierto esto? Fornicar es cópula carnal fuera del matrimonio. El matrimonio es, palabra que defienden los católicos a capa y espada, unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales. Es cierto, el homosexual no entra dentro de este esquema, entonces en verdad fornica (?), el homosexual cópula fuera del matrimonio por la simple razón de que es una relación con una persona del mismo sexo y el matrimonio es una unión de hombre y mujer, entonces no fornica, sólo fornica el heterosexual(?).

El opinante de la página cuatro también dice: “Porque los gay no me pueden afirmar que existen parejas estables completamente fieles: la monogamia homosexual no existe, por más que estés en pareja con alguien siempre buscas más u otras experiencias arriesgando tu salud física y mental”. No sólo los homosexuales pueden contestar a esta pregunta, creo que también los heterosexuales. Podemos estar de acuerdo en la primera oración que dice que no existen parejas estables completamente fieles, tanto homosexuales como heterosexuales nos encontramos dentro de una dinámica donde se pueden tener varias relaciones con distintas parejas fuera de una relación “formal”. O alguien me puede decir que no ocurren encuentros de esta naturaleza en las parejas heterosexuales (?). Supongo que sí existen heterosexuales que realizan este tipo de dinámica, no es preciso indagar más al respecto sobre el punto pues hay una infinidad de historias que se podrían citar. Sigue después de los dos puntos: la monogamia homosexual no existe. ¿Existe la heterosexual? ¿La monogamia es exclusiva del heterosexual? De acuerdo, analicemos la palabra monogamia. La monogamia es la cualidad de monógamo, y el monógamo es aquél casado con una sola mujer, el que se ha casado una sola vez. En esta palabra no dice nada de relaciones sexuales con otras personas, simplemente es aquél que se ha casado una sola vez. Claro está, el homosexual no se puede casar una sola vez en algunas partes del país, entonces no es monógamo o alguna lesbiana que se ha casado en el distrito federal y que se ha casado con una sola mujer entonces es monógama (?). Podemos comenzar a entender menos o preguntarnos más a las palabras utilizadas en el discurso, de qué manera son utilizadas y con qué fines. El opinante también dice que no hay parejas fieles. Fiel indica aquél que guarda fe, o es constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones, es exacto, conforme a la verdad o cristiano que acepta las normas de la iglesia. ¿Los heterosexuales son completamente fieles? ¿Los heterosexuales son cristianos? ¿Los que no son cristianos no son heterosexuales?

En la página siguiente, otro opinante realiza una opinión (página cinco del Diario de Xalapa, del mismo día). Considera que nadie ha pensado en el daño moral que pueden causarle a los “pequeños”. Su análisis es el siguiente:

1. “En un hogar normal, cuando en los padres naturales hay alguna desavenencia, a las criaturas se les presenta un dilema ¿a quién deben obedecer?”

2. “… si la pareja está formada por dos hombre, ¿a quién va a llamar mamá y , en el caso contrario, si son dos mujeres, a quién papá?

3. “Y cuándo salgan de las cuatro paredes de la casa, ¿qué pensarán cuando vean que en otros niños la situación es distinta en cuanto a los progenitores se trata’

4. Por último indica: “recordemos que siempre se ha sostenido que la educación comienza en casa, ya que el ejemplo es un gran auxiliar en cuanto a educar se refiere”

Podemos decir que:

a) ¿Existe una supremacía en la relación heterosexual, dónde el niño no se hace la misma pregunta si sus padres tienen una desavenencia (entendiendo esta como: Oposición, discordia, contrariedad)? ¿A los padres heterosexuales nunca se les presenta una discordia? Imaginemos una pareja que se esté divorciando, el hijo hipotético tendría que hacerle caso a su padre por ser el que lleva el dinero a la casa, el patriarca, el varón, o a la madre por ser quien le dio la vida y prepara la comida, o quizás también lleve el sustento a la casa.

b) Supongo que el niño no se verá en la necesidad de etiquetar a sus padres con una dicotomía (División en dos partes, en este caso: mamá y papá). Simplemente dirá que tiene dos padres o dos madres. No hemos escuchado decir a los infantes cuando pasan mucho tiempo con sus tíos, abuelos, hermanos, etcétera (aquellos que no son sus padres) decirles: mamá o papá. ¿O esto no es posible que ocurra? ¿El pequeño tiene la conciencia suficiente para decir que sólo debe tener una sola madre y un solo padre?

c) El niño quizás diga que existen tanto parejas de papá y mamá, como de dos papás y de dos mamás como en su casa. El niño no crece con el esquema de la “naturalidad” social de mamá y papá, considerando necesario (Que forzosa o inevitablemente ha de ser o suceder) padres de distinto sexo puesto que está viendo de primera mano que esto puede ser de otra forma.

d) Claro está que se la gran bandera que se tiene es que la educación se imparte en la casa en un primer momento. En un espacio donde se “educa” diciendo que la homosexualidad es una aberración, un pecado, una falta, un pecado, el infante saldrá y lo reproducirá con la misma intolerancia que sus padres. En cambio si se le dice que es otra forma de ser, como infinitas posibilidades de ser existen en la vida, entonces no caerá en el juego del hostigamiento y en cambió tendrá un mayor entendimiento del mundo que lo rodea. ¿Cómo se educa actualmente? ¿cómo es la educación de una pareja heterosexual y una homosexual? ¿El infante nunca llegará a tomar decisiones por su propia cuenta?

Para finalizar el opinante considera que hay un olvido de los derechos de los niños. Pues hagámosle caso y recordemos los derechos de los niños. El artículo primero dice: Todos los niños y niñas deben tener los mismos derechos sin distinción de sexo, color, religión o condición económica. Y el último indica: Los niños y niñas han de ser educados en un espíritu de comprensión, paz y amistad y han de estar protegidos contra el racismo y la intolerancia. La intolerancia es: Falta de tolerancia, especialmente religiosa. La tolerancia es: acción y efecto de tolerar y el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.


domingo, 8 de agosto de 2010

Se busca ser mujer


En el pensamiento contemporáneo se habla de una apertura a nuevas formas de “pensar la realidad”. Poner en cuestión los procesos es una constante en la historia, no es la excepción en la actualidad, donde podemos encontrar una visión a la periferia. Hablar de la periferia, es hablar de todo aquello que ha quedado fuera del pensamiento tradicional. La visión patriarcal, donde el padre es la fuente de movimiento. También podemos hablar del antropocentrismo, de la puesta en el centro del hombre, pero en esta concepción está sólo el Hombre, y no la mujer. Podemos ver a lo largo de la historia como los grandes pensadores, científicos, filósofos, empresarios, son hombres. Podemos ir más allá de esto y ver que existe una inclinación por el hombre, pero el hombre blanco, europeo, empresario, gobernante, dejando en el olvido a cualquier tipo de humano que no cumpla estos requisitos.

En cualquier familia, donde se esté gestando un niño, lo primero que se pregunta es qué es, niño o niña, como si esto fuera fundamental para reaccionar ante lo que en realidad es un humano. ¿Azul o rosa, balón o muñecas? Si eres niño, tendrá mayores posibilidades puesto que será fuerte, no tendrá de que preocuparse si tiene relaciones sexuales y queda embarazado. La mayoría de los oficios en un principio eran concebidos exclusivamente para varones, médicos, abogados, carpinteros, gobernantes, etcétera. A la mujer se le dejo el cuidado de la casa, la economía, las reglas de la casa, donde ejerce cierto control y poder y algunos dirán que es aquí donde se le hace justicia puesto que la casa es el pilar de la sociedad, sin embargo, la casa no está institucionalizado, no hay pagos por ser ama de casa, no recibe horas extras, ni se le da un salario fijo… Regresemos a las características que se les han dado a los hombres. Lo primero que salta a la mente es la virilidad, esto conlleva a la palabra viril, a lo perteneciente al varón, y varón conlleva a hombre, a la autoridad. El hombre es la figura de la autoridad, y con la autoridad se le da el poder, la fuerza. Dentro de este discurso encontramos que la fuerza no esta alejada al pensamiento, a la frialdad, a lo metódico y lo racional.

Lo racional está lejos de lo sentimental, aquél que piensa no puede dejar que sus impulsos lo dominen, puesto que los impulsos conlleva a tomar decisiones incorrectas y sin bases reflexivas o conscientes, la consciencia lleva a lo racional, la inconsciencia a los sentimientos. Es lo irracional donde encontramos a lo que es inconsciente, lo opuesto a lo racional, lo que está fuera de ella. Lo irracional son los sentimientos puesto que no tienen un método fijo, es abierto. Podemos decir que dentro de la periferia encontramos a las mujeres como una de las expresiones de lo irracional, de lo sentimental. A la mujer se le ha puesto la etiqueta de débil, de pasiva, aquella que recibe la semilla para dar frutos, sólo recibe, necesita del elemento activo para que sea. La mujer se queda en casa a cuidar de sus padres, de los hijos, a los hermanos y al marido, es la encargada de coser y cocinar. La mujer debe ser dulce, gentil, amigable, pasiva, condescendiente, etcétera. Una mujer que se trabaja para ella será vista de manera negativa, se le cuestionará constantemente si no quiere ser madre o esposa.

Es posible que en la actualidad haya una necesidad por rescatar ese otro lado que ha quedado en las sombras, el ser pasivo. En las investigaciones sobre inteligencia artificial se han dado cuenta que los humanos tomamos decisiones mediante los sentimientos, los impulsos, y no necesariamente actuamos por vía racional. ¿Qué sabor de helado comeré? No pensamos el contenido del helado es mejor, hablando nutricionalmente, que el otro. En las papelerías solicitan mujeres, en cualquier establecimiento se busca cajera. ¿Por qué? Quizás haya el prejuicio de que la mujer es más honesta que un hombre, está más concentrada y puede realizar esta actividad económica sin dificultades. Cuántas mujeres vemos como cargadoras en los mismos lugares. Son roles que ha impuesto la sociedad, que delimitan las actividades de los humanos. En la moda hay una tendencia a buscar figuras más femeninas, casi andróginas. Ahora es posible ver policías de transito en las calles de la ciudad. Es posible que exista una tendencia a rescatar esa parte que quedó en las sombras, los sentimientos, y con esta la mujer. La fuerza y el poder han llegado a un punto donde el sistema tambalea y nuevas voces se alzan en busca de una nueva perspectiva.

Único y múltiple


En la Grecia antigua Parménides dijo que el ser es y el no ser no es. Quizás esta oración sea una de las más profundas y oscuras que podamos toparnos en el estudio de la filosofía. También reza el pensamiento parmenidiano que el ser es uno. Dando un gran salto en la historia podemos llevar este razonamiento en la vida actual, donde al parecer hay cierta tendencia a buscar una identidad, conformar nuestra persona, construir nuestro ser. “Seamos originales, únicos, indivisibles, eternos”. Es posible que exista un miedo a perdernos entre la multitud, a decir que hay un sin fin de Yos, aspecto que no coincide con la lógica del ser. No podemos olvidar que somos el resultado de un sin fin de sucesos, de experiencias, estamos atravesados por tradiciones, miedos, prejuicios, culturas, historia(s), conceptos, ideas, factores naturales; económicos, sociales, políticos, sexuales, biológicos, psicológicos, etcétera. La forma de percibir la realidad es única y a la vez diversa, en tanto sujetos de una tradición compartimos ciertos aspectos, pero como sujetos también guardamos nuestra experiencia de vida que es distinta y variada. Somos y no somos, somos aquellos que nos han hecho creer que somos, somos aquello que nos hemos dicho que somos, nos creamos una historia de vida, una novela. También somos lo que no somos, no soy aquél otro que escribe en otro espacio, no soy aquél que tiene un año más, ni un año menos, no soy tal cosa, etcétera. Podemos ser conscientes de nuestras diferencias y de nuestras similitudes, conscientes de la multiplicidad que cargamos en nuestro interior y que cargamos como unidad. Demos paso a lo único y múltiple.