sábado, 13 de diciembre de 2008

Corrupción


Es de todos los días escuchar por la televisión a los periodistas críticos que están inconformes con las políticas del país, con la corrupción de los miembros del poder, de los miles de asaltos, secuestros, inseguridad en general, pidiendo a gritos que se restablezca una paz, la cual parece que nunca ha existido. Muchas personas se jactan de ser buenas personas, buenas en el sentido moral y ético, de seguir las normas y de ir en el mejor de los caminos, añadiendo el mito de un pueblo fuerte que no se deja pisotear por la violencia del crimen organizado, y a pesar de que han ocurrido un sin fin de sucesos funestos y reprobables en el país, se sigue considerando que hay dos grupos: el de la buena gente, trabajadora, que se mata de hambre todos los días y que es victima de la delincuencia, de los rateros, secuestradores y políticos, pero podemos verlo desde otro punto. Hay corrupción en donde sea, en la escuela, en oficinas, en la propia tienda, todo esto lo digo en razón de que ya es una tradición el que se saque a la luz pública como los comerciantes hacen su “agosto” en diciembre, en primer caso, en las festividades de la Guadalupana, dejando a un lado el fervor y la fe inmersas en las procesiones, y el hecho de que las personas tienen que comer, son las propias personas, los locatarios de comida, que alteran sus básculas para dar menos producto al mismo precio, sacando así una ganancia mayor y a expensas de otros, también, en los puestos de garnachas, donde comúnmente los peregrinos van a saciar su hambre son asaltados a ojos visto, cobrándoles 400 pesos por dos refrescos y unas cuantas garnachas. Lo peor del asunto es que al exponer este tipo de personas, se indignan y consideran que hay otros rateros sueltos a los que deben vigilar, y no consideran en la corrupción en la que caen y la que ellos mismos se quejan. Se podrá decir que este engaño es el resultado de una economía inestable, de precios altos y de muchas necesidades, aun así, se esta cometiendo un delito del que somos cómplices.

1 comentario:

Schuldiner dijo...

Hola, mi nombre es Cesar Henríquez, y soy de chile, un saludo desde la distancia.

Me han gustado mucho tus escritos, son muy interesantes y llenos de pensamientos dignos de analizar. Te invito a que pases por mi página, si bien, no estudio filosofía, lo pienso hacer este año, ya que acabo de salir de mi educación media, pero seguro encontraras algo en lo que puedas aportar ideas, o dejar tu comentario.

http://ThisEmptyWords.blogspot.com/

Espero verte en mi blog..., te agregue a mi lista de blogs, para estar al tanto de tus escritos. Adieu!