Este escrito, se podría decir que es el hermano del anterior que lo titulé “Filosofía popular”, en el cual mencionaba que la filosofía parece ser un pequeño bicho entre la vida de la mayoría de las personas. Al terminar de escribirlo, consideré el lado contrario del escrito, y llegué a pensar que es posible que la filosofía no está tan marginada como se piensa, quizás la filosofía ha perdurado no sólo en las salas de estudio, en universidades y en círculos cerrados de gente “intelectual”, posiblemente está entre nosotros de una forma fantasmal, podría decir que hasta maléfica o manipuladora. Esto lo afirmo en razón de la lectura de varios autores, y en los que concuerdo en algunos puntos. Antonio Caso considera que la mayoría de las personas su vida se rige en función de una llamada “existencia por economía”, es decir, en “sacar el mayor provecho con el menor de trabajo”. Esta existencia por economía, a mi parece considera que las relaciones interpersonales, se basan en un “te doy, pero me das”, el desinterés amistoso queda reducido al contexto, el lugar, el tiempo que disponen las dos personas y el aprovechamiento que saque cada una de ellos. El individualismo, donde la comunidad queda al margen de “Quiero trabajar para poder viajar, tener mi carro, mí casa, etc.” “Yo quiero...” Por otro lado tenemos la maldición del cartesianismo, el Yo centro de toda certeza, hombre racional que todo matematiza y desdeña “lo oscuro” de lo sentimental, el yo es masculino, pues es el HOMBRE quien piensa, mientras que las mujeres alteran su verdad con sentimientos banales y absurdos. La vida es reductible a un plano cartesiano, es positivo y negativo, útil, práctico y científico. Fuera de estas coordenadas, se va a lo absurdo, a lo otro, a la mentira, a lo falso y fácil diría Nietzsche, pues considera que la muerte de la metafísica (la verdad, el ser y la teoría del conocimiento por decir algo de la metafísica) es porque el hombre “no quiere el ser”, es decir, no quiere la verdad, sino la falsedad, el engaño, la máscara., pues es más fácil. Lo “otro” ahora es visto como posible, pero se tuvo que llegar al escepticismo contemporáneo (el nihilismo) para dejar ver una liberación sexual, estudios de género, una teoría queer, descubrimiento de un sentimiento de cultura, la poesía misma hace tiempo que ha estado ahogada por Platón. Pues se consideraba que la actividad creadora era de esclavos, y el crear, el trabajar con las manos un poema, el artista propio, era un esclavo. El cuerpo como prisión del alma, se tenía que purificar con la razón, por esto las ciencias técnicas, tienen mayor peso que las sociales, estamos en un mundo cartesiano, pues Descartes consideraba que los animales eran los perfectos autómatas, desdeñándolos de cualquier otra actitud, y al hombre lo paso casi trayendo, pues qué es lo que vemos actualmente, sino robots enchufados al Mp3 o al Ipod, al celular, al internet (también me queda el saco pues ocupo una computadora para escribir esto) la lógica aristotélica esta enredada en las computadoras, y se nos ha pasado a nosotros como una enfermedad.
Se ha creado un monstruo, pues Adorno considera que la metafísica ha producido un Auschwitz, es decir, un centro de concentración donde fueron matadas miles de personas por un ideal, un ideal de voluntad, que algunos consideran se germinó en Nietzsche, el propio que dijo que Dios había muerto para darle vida al superhombre, esta voluntad de poder, no está más que basada en un yo de voluntad, un ser absoluto, el propio Hegel pasa por estas líneas, y más atrás encontramos el Cogito cartesiano. Todo esto parece ser que la filosofía si está presente en nuestras vidas, pero como un tufo, una sombra que ha enfermado a la humanidad, dado que el hombre es un “ser racional”, su racionalidad ha hecho de la filosofía lo que es, una filosofía violenta, que a pesar de su fe en sus proyectos, tarde o temprano ha pasado por una etapa de desolación por haberse lastimado así mismo.
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